A la serie original le debemos toda la fiebre superheroica actual y Disney la homenajea como merece. Es curioso el experimento de Disney+ con 'X-Men 97': una secuela directa de una de las series de animación superheroica más respetadas de los "dibujos de sábado por la mañana" marvelitas de los noventa. Y directa es directísima: el estilo de animación, la estética chillona, a medio camino entre la pose de malote poochie de la época y la ingenuidad de la licra de los héroes originales... todo ha vuelto casi sin adulterar. Como no se ha adulterado tampoco el argumento, que es una continuación en el mismo punto en el que se quedó aquella: tras la pérdida del Profesor Xavier, que desaparece para buscar una cura a su enfermedad, el grupo intenta recomponerse con Cíclope como líder. Y en el equipo tiene a todos los héroes que ya conocimos: Pícara, Lobezno, Tormenta, Gambito, Forja y un largo etcétera. La importancia de la serie original no debe ser desdeñada. No solo desató con su éxito toda la (mayoritariamente estupenda) ralea de series de animación de Marvel en la época, con la sensacional 'Spider-Man' en cabeza, sino que fue fundacional su propósito de dejar a un lado la narrativa habitual de episodios autoconclusivos, sino que funcionaba con tramas y subtramas con continuidad, como las series en imagen real destinadas a un público adulto. También fue visionaria su idea de mezclar épocas de referencia del cómic original en un todo coherente, con lo que teníamos una serie que bebía tanto de Chris Claremont como de Rob Liefeld.
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